Gracias, Tristeza.

 Querida tristeza,

     Es hora de que terminemos esta partida al escondite, me he cansado de este juego y ya no puedo resistirme más, estoy cansada. Me has ganado y por fin me has encontrado, pero no pasa nada, acepto que esta parte de este proceso tenemos que transitarla cogidas de la mano, y que estaremos juntas el tiempo que sea necesario, ni más ni menos.

     Como he dicho antes, está bien, no pasa nada, aunque nos hayan repetido durante toda la vida que estar mal está mal, valga la redundancia, y en cuanto te dejas ver se activan todos nuestros mecanismos de defensa para evitarte. Que papel más jodido te ha tocado.

     Me ha costado mucho aceptar esto y darme cuenta de que eres igual de importante y necesaria que el resto de emociones, que como el resto, tienes una función en nuestra vida, pero nadie nos lo ha enseñado. Por eso te escribo, para intentar desmitificar tu papel de mala, no eres agradable, eso hay que reconocerlo, pero tampoco mala. Simplemente eres una más entre tantas emociones.

     Perdóname por haberte rechazado todo este tiempo, pero a los humanos en esto de la gestión emocional, aún nos queda mucho por aprender. Espero que nos tengas paciencia y algún día dejes de ser la eterna rechazada, eso significará que el ser humano está aprendiendo y que por fin se está permitiendo mostrarse como realmente se siente y no como debería sentirse, tirando a la basura muchas de las creencias limitantes que nos meten en la cabeza de pequeños.

                                                                                    Un besico de S.